sábado, 13 de diciembre de 2008

" Papà dame un respiro"


Un article molt interessant, sobre l' infantesa dels nostres fills i filles.
La presió a que estem acostumats també ha arribat a les criatures, cap a on ens porta aquesta " hiperactivitat" constant, quin és l' espai que tenen els nens i les nenes per jugar, per avorrir-se, per ser creatius, per imaginar....

Si destines 10 minuts del teu temps, per llegir les reflexions de Carl Honoré, serà una bona inversió.
Papà dame un respiro


Carl Honoré autor del " Elogio de la lentitud" ha publicat " Bajo presión"una reflexió per als nostres temps a on els pares i mares hipercontrolen als seus fills i filles amb l' impuls de modelar als seus fills, aquesta " hiperpaternitat", fa evident el fracàs del model infantil actúal segons aquest autor.
......
"En el cual un regaño justo traumatiza, un dibujo animado deforma la mente, comer un chupa chups les condena a la obesidad, o que leer el cuento de la Caperucita roja no es adecuado a su desarrollo. Censuramos cosas que nosotros hicimos en nuestra infancia, y como si fuera poco les exigimos que sean los más inteligentes, los más responsables y brillantes.

Según sus propias palabras el libro define como la niñez ha sido secuestrada por los adultos de un modo nunca visto antes en la historia e investiga la forma en que el instinto natural de amar a nuestros hijos se ha convertido en querer que sean mejores que los demás niños y mejores en todas las cosas, aspecto que está haciendo daño a los niños, a los padres y a la sociedad."


viernes, 21 de noviembre de 2008

Carta dels infants als pares i mares

  • No me des todo lo que pido. A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo coger.
  • No me grites. Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.
  • No me des siempre órdenes. Si en vez de órdenes a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.
  • Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio dámelo, pero también si es castigo.
  • No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana. Si tú me haces lucir mejor con los demás, alguien va a sufrir, y si me haces lucir peor que los demás, seré yo quien sufra.
  • No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer, decide y mantén esa decisión.
  • Déjame valerme por mí mismo, si tú haces todo por mí, yo nunca podré aprender.
  • No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por tí, aunque sea para sacarte de un apuro, me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
  • Cuando yo hago algo malo, no me exijas que te diga el "por qué" lo hice. A veces ni yo mismo sé.
  • Cuando estás equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de tí y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.
  • No me digas que haga una cosa y tú no la haces.
  • Yo aprenderé y seré siempre lo que tú hagas aunque no lo digas. Pero nunca haré lo que tú digas y no lo hagas.
  • Enséñame a amar y a conocer a Dios, no importa si en el colegio me quieren enseñar, porque de nada vale, si yo veo que tú ni conoces ni amas a Dios.
  • Cuando te cuente un problema mío no me digas: "No tengo tiempo para boberías" o "eso no tiene importancia", trata de comprenderme y ayudarme.
  • Quiéreme y dímelo. A mí me gusta oírtelo decir aunque tú no creas necesario decírmelo.
  • Via Bitácola ubiqua