- No me des todo lo que pido. A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo coger.
- No me grites. Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.
- No me des siempre órdenes. Si en vez de órdenes a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.
- Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio dámelo, pero también si es castigo.
- No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana. Si tú me haces lucir mejor con los demás, alguien va a sufrir, y si me haces lucir peor que los demás, seré yo quien sufra.
- No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer, decide y mantén esa decisión.
- Déjame valerme por mí mismo, si tú haces todo por mí, yo nunca podré aprender.
- No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por tí, aunque sea para sacarte de un apuro, me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
- Cuando yo hago algo malo, no me exijas que te diga el "por qué" lo hice. A veces ni yo mismo sé.
- Cuando estás equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de tí y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.
- No me digas que haga una cosa y tú no la haces.
- Yo aprenderé y seré siempre lo que tú hagas aunque no lo digas. Pero nunca haré lo que tú digas y no lo hagas.
- Enséñame a amar y a conocer a Dios, no importa si en el colegio me quieren enseñar, porque de nada vale, si yo veo que tú ni conoces ni amas a Dios.
- Cuando te cuente un problema mío no me digas: "No tengo tiempo para boberías" o "eso no tiene importancia", trata de comprenderme y ayudarme.
- Quiéreme y dímelo. A mí me gusta oírtelo decir aunque tú no creas necesario decírmelo.
- Via Bitácola ubiqua
viernes, 21 de noviembre de 2008
Carta dels infants als pares i mares
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